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“¡Huyan de en medio de Babilonia! Libren, cada uno su vida, para que no sean silenciados a causa de la maldad de ella. Porque es el tiempo de la venganza del SEÑOR; él le dará su retribución. Una copa de oro fue Babilonia en las manos del SEÑOR; una copa que embriagó a toda la tierra. De su vino bebieron los pueblos, por lo cual se enloquecieron las naciones. De repente ha caído Babilonia y ha sido quebrantada. Lamenten sobre ella; tomen bálsamo para su dolor. Quizás sanará.

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